TDT: la televisión que quería parecerse a Internet

La televisión analógica ha muerto y hemos dado un gran salto tecnológico: la TDT, televisión digital terrestre, o Televisión De Todos, como gustan de llamarla. Los congregados en el Ministerio de Industria para ser testigos del hecho escuchamos a diversos conferenciantes –en su mayoría de empresas privadas que habían participado en el proyecto- comparar el hito con el propio nacimiento de la televisión. Es verdad que la señal llega con mayor calidad, que España ha sido pionera en cumplir el mandato de la UE y que, al terminar dos años antes que los demás, puede exportar su experiencia y conocimientos a otros países, dando negocio a esas empresas y desarrollando tecnología que nunca viene mal. Un juego de millones se ha barajado que excede a mis neuronas poco dadas a los números. Pero, si había que hacerlo, mejor que haya sido pronto y con buenos resultados. Ahora bien, de ahí a considerar una modificación del medio en el que se percibe el mensaje como equiparable al día en el que, de la “nada”, surgió una imagen viva y en movimiento, con sonido, que cruzaba el aire para ser percibida allí donde se encontrara un receptor, va un abismo.

Una a veces se siente como en tierra de nadie. Dediqué mi vida profesional a la televisión fundamentalmente y ahora la siento como un cuerpo extraño. Ni la siento en realidad, es algo ajeno a mí. Vi a los actores de la transformación tecnológica muy contentos -con razón sin duda-, y alguien habló de que en realidad se había cambiado el modelo audiovisual. Eso es cierto y lo que más me preocupa. De hecho, el presidente de Telecinco y de las cadenas privadas, rompió de alguna forma la tónica de autoparabienes para decirle al ministro que quedaban por ahí algunas cosillas pendientes. Aún me alarmé más.

Fueron muchos quienes se dirigieron al auditorio, con protocolarios “excelentísimas autoridades” o “querido ministro”, mientras revoloteaban cámaras, fotógrafos y la nueva generación de informadores. No vi a ninguno twitear la sesión, o usar ordenador de nin´gún tipo. Aquello era televisión en estado puro, es decir: pasado. Un mundo que vive ajeno a la realidad. Tan sólo la intuye. Por eso la televisión quiere parecerse a Internet. Todo lo que ofrece la TDT está ya en la Red. Ese gran avance de la interactividad que llegará, vaya por dios, “en el futuro”, consiste en poder comprar billetes de avión por ejemplo, o participar en encuestas. Incluso en adaptar la programación al gusto del consumidor: Internet, en una palabra. Con grandes limitaciones.

Andaba por allí Rodolfo Martín Villa, el histórico político de UCD, a la sazón Presidente de Sogecable. Y no en loor de multitudes. La conversación que mantuvimos a mi iniciativa me resultó enormemente divertida. Comenzó él con las congratulaciones por el cambio “histórico”, pero le hice ver la gran diferencia entre la llegada de la televisión en 1956, el cambio sociológico que supuso y la TDT, que no va implicar ninguno.

-Lo importante son los contenidos y ahí no veo avance alguno, sino todo lo contrario. El “nuevo modelo audiovisual” se limita a que tres cuatro grupos mediáticos difundan el mismo mensaje y cada vez con menor entidad- aventuré.

-Ya, es lo que pide la audiencia.- dijo él.

-El dinero- contesté de forma aplastante, aunque con perenne sonrisa.

-Bueno, sí, la publicidad.

-El dinero- seguí yo.

Bueno, sí el dinero- concedió él. De todos modos –continúo conciliador- tendemos a pensar que todo tiempo pasado fue mejor.

-Yo no. Solo tenemos presente y la promesa de un futuro incierto. Del pasado valoro lo que efectivamente fue mejor. Aquellos tiempos de UCD, cuando yo comencé, en el que se buscaba dar información a la sociedad y no publicitar las opiniones de los partidos, donde un ministro tenía que ganarse su aparición en la tele por producir una noticia.

Martín Villa siguió pensando que estaba ante una nostálgica del pasado. Entonces le conté mi papel activo en Internet. La diferencia entre el acto que acabábamos de presenciar y el Congreso de internautas en Huesca., totalmente conectado entre sí y con la realidad. Le vi muy sorprendido. Pero entonces llamaron para una foto. Apenas conocía a nadie. Al ministro, por supuesto. A Manuel Campo Vidal que sí contribuyó a generar el avance de la televisión. A un señor que desde un oscuro papel en TVE y con una pésima profesionalidad, supo arrimarse a la sardina del PP para prosperar -ni más ni menos que tantos otros hicieron con los partidos-. A dos conductores de “debates” de Veo (la cadena de El Mundo). Me quedé fuera.

El “Nuevo Modelo Audiovisual” deja en manos de los grupos iniciales, Antena 3 y Telecinco, todo el peso de la televisión en España tras las fusiones con las apuestas ¿fallidas? de Cuatro y La Sexta. Con una TVE adelgazada, incluso por su voluntaria dieta. Con las concesiones autonómicas en las que ha primado la voluntad de Esperanza Aguirre dando un gran peso de la ultraderecha. Apenas media docena de programas, siendo benévola –Informe Semanal a razón de cuatro temas por semana o el “Hoy” de Iñaki Gabilondo y alguno más- nos contarán las noticias con profundidad y elementos de juicio. No sé si algún programa apuesta por el entretenimiento de calidad. Muy pocos.

Analógica o digital, la televisión muere y está poblada de esos “Otros” de Amenábar que no saben que han muerto, como recordaba en Huesca Montserrat Domínguez. Quieren echar a los vivos. En inútil tarea. Eduardo Punset, un hombre inteligente -y libre sobre todo-, está advirtiendo estos días seriamente sobre los intentos de control de Internet, argumentando lo irracional de la tarea: «Hay una tendencia a considerar Internet propiedad del Estado que tenemos que evitar». A ello se aplican casi todos los gobiernos occidentales… defensores a ultranza de la Industria. Privada por supuesto. Donde manda patrón, no manda marinero. Pero ¿por qué se muestran tan felices?

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14 comentarios

  1. Brillante!

  2. ¿Excusas para conceder licencias a tutiplén y comprar a los medios?

  3. Víctor

     /  1 abril 2010

    La semana pusieron en Documentos TV un magnífico documental norteamericano. Creo que sentirás una sana envidia por lo bien hecho que está. Periodismo de investigación de verdad. Tristemente en la web de TVE no aparece. En Youtube está troceado. Para mí este es el verdadero poder de la televisión.
    http://www.youtube.com/user/lRubeNll#p/c/1A0FAA032106C302/0/13OHFTYckzo

  4. Gran artículo Rosa. Esa es la sensación que tengo cada vez que veo la televisión: pasado, mejor dicho PASADO así con mayúsculas. Quieren que internet sea como la televisión y hay que evitarlo como sea, esa es la batalla que hay que dar en estos días. Mejor dicho una de las batallas.

    Enhorabuena por tu lucidez

  5. Sinceramente, me parece que el análisis es genial y muy acertado. Nos estan vendiendo una televisión que va a permitirnos una supuesta «interactividad» a la que, curiosamente, ya estamos habituados y en la que nos movemos todos los días en Internet.

    Un abrazo.

  6. @ramonbalterra

     /  1 abril 2010

    Porque Internet es (por ahora) algo muy libre, no interesa una TDT que se asemeje. Es un juego de tensiones que …¿terminará por ganar el «dinero»?
    Queda la esperanza de que le audiencia no se acomode en la estulticia. Pero confío poco, visto lo visto.
    Excelente post, me encantó. Gracias.

  7. Joan

     /  1 abril 2010

    Lo siento el link que puse es solo un trailer, lo veré en youtube pero solo veo 4 de los 6.

  8. Quizás sea el momento de periodistas como usted o Eduard Punset.
    Sin tener en cuenta el tipo de periodismo: científico-divulgativo, político, de investigación periodística, etc.

    Quizás, como decía o insinuaba Mario Conde en su blog -no me meto en sus propósitos pero me cae bien-,…

    ¡Es el momento de los héroes y (en su caso) las heroínas!

    El futuro no está en la grandes corporaciones, en la industria, o en los patrones (sean cuales sean). Completamente deacuerdo con usted.
    Estoy cansado de tanto control de opiniones porque «no interesan» o «son inadecuadas», quizás «contraproducentes para mis intereses»…
    El futuro está en los marineros…y eso, querida Rosa, no gusta a muchas personas o entidades con poder.
    Evidentemente de poder y control se trata en todos estos asuntos.
    Espero y deseo que la democracia y la sociedad del conocimiento (donde entramos todos con esfuerzo,voluntad , estudio,reflexión y crítica) lleguen pronto.
    Buenas batallas dialécticas (únicas admisibles)
    Buenas manifestaciones pacificas (únicas admisibles)
    Y
    Buenos artículos.
    Un saludo.

  9. Totalmente de acuerdo. Seguiré tu blog, que no conocía. Tuve noticias en twitter y me alegro de haber leído tu artículo. Como vemos, todo está «teledirigido». El problema es que no contaban con internet y se les va todo de las manos, porque la red va muchísimo más rápido de lo que los políticos son capaces, de ahí la necesidad de poner cortapisas. Sigo con mucho interés el tema de la nueva ley que está elaborando la ministra de cultura, no por creer que es más importante tener una cultura libre que el hambre en el mundo y las guerras, sino más bien porque es el último reducto de libertad, que quieren frenar y que aumentaría a partir de ahí el control sobre los demás, base para todo lo demás.

    Saludos.

  10. Trancos

     /  2 abril 2010

    Cerámica de Limoge y cristalería de Murano… para seguir sirviendo hamburguesas y perritos calientes con ketchup y vino Don Simón en tetrabrik. Eso es, básicamente, la tdt.

  11. aturdido

     /  2 abril 2010

    desde 2002 que no tengo tele. Veo lo poco que me interesa en el bar o RTVE.es (partidos de tenis, fútbol inglés, champions). La TDT estará desfasada en un par de años como mucho.

  12. Hola. Yo no tengo ni idea pero más allá de la técnica concreta, la tv pasa por una crisis de contenidos que sin duda son reflejo de la crisis actual, no la económica sino la social.

  13. Lucía

     /  6 abril 2010

    La verdad, ¿hay algo más que sicofantes en esta web? Cada post recibe siempre «estupendo», «fantástico», «totalmente de acuerdo». Qué aburrimiento. Quizás te parece bien, dueña del blog, perorar del ‘cuanto peor, mejor’, que también se ha instalado en tu dialéctica por mucho que te pese y que lo critiques cuando lo ves en los demás. Pero para atraer a este público no sé para qué gastas ancho de banda, esto no es una conversación, a la manera de Internet, de comunicación entre pares, como tanto te gusta decir: es un monólogo con ecos. Quizás estás haciendo algo mal y tú también hablas para que te regalen los oídos y para nada más.