No es tiempo de «watergates»

En 1974, dos periodistas del Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward, lograron apartar del cargo al presidente de EEUU, Richard Nixon, como responsable último de una trama de corrupción a la que no faltaba un ingrediente. A saber, espionaje político, escuchas, sabotajes, sobornos, y un sin fin de actividades ilegales ejercidas de alguna manera desde el Estado. Había nacido el “Watergate”, gracias a la investigación de esos dos periodistas. El caso quedó como un mito para la profesión.

No fue el único. Hubo un tiempo en el que el periodismo desenmascaraba corrupciones y abusos, como marca su razón de ser. Y la difusión de sus hallazgos lograba impacto social y resultados. Por eso se llamó a la prensa “El Cuarto Poder”, un continuo azogue y azote de los otros ya establecidos. No de forma generalizada, por supuesto, pero sí significativa. La literatura y el cine se han poblado de la labor “justiciera” del periodismo.

Hoy, asistimos impertérritos -por ejemplo- a que se reúnan en una cena los causantes de la crisis económica mundial con el objetivo de hundir el euro –con todos sus usuarios, incluidos países enteros – a ver si logran más beneficios privados, y ni se ocultan ya para hacer declaraciones en ese sentido, y las leemos, y no ocurre absolutamente nada.

  O que en China (ese «modelo» económico, social y laboral a imitar por los cuantiosos beneficios que obtienen unos pocos) se vendan órganos humanos -de tan dudoso origen que produce escalofríos- (una auténtica primicia de Borja Echevarría), se publique a todo rango,  y pasemos página. 

En España es aún peor. Si cabe. claro. Estamos a punto de ver, por lo que parece, que el supremo escándalo de la Gürtel, se puede disolver, porque hay jueces partidarios de no tener en cuenta grabaciones de conversaciones. No importa que en ellas se revelen con meridiana claridad descomunales trapicheos de enriquecimiento ilícito con el dinero de los ciudadanos. Y tampoco tiembla en monario, que decía mi padre. Añadamos las desvergüenzas valencianas, las baleares, las madrileñas, catalanas y de casi cualquier punto de la geografía española. Pura desfachatez, frescura infinita. Y todos los despilfarros. Los móviles, los saraos, las subvenciones (parece que la”renovada” Europa en Suma,  va tener una tal como era el propósito, qué manera de tirar el dinero colectivo).

En este país se puede ver a un Juez encausado por un presunto delincuente ahíto de pruebas en ese sentido. Por los herederos del franquismo. Por los que difaman con mentiras sobre cobros. Que el único ser humano con problemas por la larga dictadura sea el Juez –Baltasar Garzón-  por pretender imponer un poco de justicia, es suficientemente revelador.

Al Ministerio de Medio Ambiente parece que tampoco le gustan los reportajes que mencionan la corrupción inmobiliaria. Aunque los encargase la ministra predecesora. Y si no gustan, se quitan. Telemadrid, no ha mencionado una sola vez el episodio del “hijoputa” de su dueña (por la gracia de los votos), ni nada que le perjudique. Este blog, como muchos otros, está pleno de denuncias de todo lo que convierte a nuestro país en muy poco edificante. No es cuestión de resumir aquí todo lo dicho a diario. Baste recordar, sin ir más lejos, las terribles desigualdades en el coste de la crisis o la pornográfica intención de rebajar sueldos y despidos, mientras los ricos se forran. O las disfunciones en servicios. No pasa nada. No hay Watergates.

Antes de la crisis de la prensa escrita, España se situaba en lo que la UNESCO califica como umbral del desarrollo en lectura de periódicos –la información es una variable destacada en el progreso-. Frente a los 100 periódicos por 1.000 habitantes de España, en Suecia por ejemplo se leían 400. Y, sin embargo, los editoriales y línea ideológica de los periódicos siguen teniendo un desproporcionado peso, auténtica influencia decisoria. No la información. Porque se dirigen a quienes ostentan poder. No a la ciudadanía.

Han desmantelado la información. Nos han desmantelado a nosotros, a la sociedad, que vemos pasar los escándalos como en el cuento, salpicado de incidentes, que nos cuentan para entretenernos. Pero es real, tiene protagonistas vivos que padecen las consecuencias.

Sustituir la información por opinión, los datos por debates, logra que nada parezca cierto, que todo sea opinable. E insisto en el desmesurado abuso de la política en los informativos, de las opiniones de los políticos, como si los medios –en particular las televisiones públicas- fueran órganos de prensa de ellos. ¿Alguien ha visto que en las televisiones norteamericanas salga McCaín cada vez que aparece Obama? ¿Quizás en la BBC Gordon Brown es siamés de Cameron? ¿Sarzoky tiene la sombra de Martine Aubrey en cuanto abre la boca? Yo lo he arreglado de una forma expeditiva: lo quito. En cuanto aparece en pantalla un político desconecto el receptor. Prefiero leer las declaraciones que me interesen que pagar el peaje del spam político/informativo. Pero ¿lo hace la inmensa masa de votantes?

También los periodistas estamos en cierto modo anulados, de una forma u otra. Por la precariedad, el sometimiento, o la escasez de audiencia si no se tiene acceso a los grandes medios. Ya no es tiempo de “watergates”, ya nadie reacciona. Los grandes actores de la historia conocen bien los mecanismos del éxito, del suyo.

Y mientras la sociedad en su conjunto vegeta pasiva,  mientras el periodismo digital no logra estructurarse como poder al servicio de la ciudadanía, otros se organizan con total demagogia. Llamando a la insumisión ciudadana por la subida del IVA mientras nos crujen a impuestos en las comunidades y Ayuntamientos que regentan. Impunemente. Nadie reacciona. No nos engañemos, publicar escándalos, por muy flagrantes que sean, no logra más que un impacto efímero y no promueve cambio alguno. Algo habrá que hacer ¿no? Estoy convencida de que es posible. Nos va mucho en ello.

   Buenos días y buena suerte.

18 comentarios

  1. Jareta

     /  15 marzo 2010

    Deprimido me dejas, Rosa. Por favor, no cuentes lo que ya sabemos y no queremos recordar…

  2. rosa maría artal

     /  15 marzo 2010

    Yo no estoy nada deprimida. Todo lo contrario. Esto tiene solución: organizarse. Tan bien como lo hacen «ellos».

  3. Vamos a ver, lo de las escuchas es un terreno muy resbaladizo. O se siguen muy escrupulosamente las reglas necesarias para ponerlas en práctica o se abre la puerta a que cualquiera pueda ponerlas en base a no se sabe bien que criterios de «interés general».

    Si la Gürtel se anula porque sus pruebas se han obtenido, parcial o totalmente, de espaldas a la legalidad será culpa de quien no ha seguido los cauces necesarios. No puede haber atajos para nadie. No porque entonces no sabemos quien puede ser el siguiente en tomarlo.

    Por lo demás suscribo el resto del post. Los medios generalistas nos están entonteciendo. Hay que huir de ellos.

  4. apajerabierta

     /  15 marzo 2010

    La verdad que todo esto da asco. Asco e indignación.
    En la sociedad actual, quien domina la información, domina el mundo. La información la dominan «ellos». No te digo más.
    De momento nos queda internet. Pero tampoco todo lo que aparece aquí es trigo limpio y en muchas ocasiones es muy difícil, si no imposible contrastar las fuentes, calibrar la máquina.
    La sitación es así:Los poderes fácticos dominan los medios de comunicación y de entretenimiento. Todos los días nos atiborran con una propaganda que procura hacerte «consumo-dependiente». Con programas diseñados para convertir nuestro cerebro en el de una oveja. Luego cuando llegan las elecciones, los candidatos (no elegidos por nosotros) nos ofrecen como en una subasta todo lo que previamente ha sido hecho deseable. Nosotros votamos y salen los que tenían que salir.
    No intentes decirle a tus semejantes y vecinos que le están manipulando que le están negando la verdad, que lo están aborregando porque no lo quiere oir, no quiere que le informes con datos objetivos , (me ha pasado a mía). A veces hasta se revuelven agrsivos.
    Las dictaduras militares son válidas en países por debajo de un cierto nivel socioeconómico. En lo que llamamos primer mundo o países desarrollados, la dictadura es mucho más sútil. Controla medios, partidos políticos,sistemas judiciales… Estan sutil que pensamos que no existe.
    Es cierto que podemos hablar de todo y opinar de todo,(hasta parece que sea obligatorio). ¿Y qué?. ¿Al final para que vale?.
    Estoy de acuerdo contigo Rosa. Organicemonos!!!. Falta el «cómo».
    Una predicción: Al final el caso Gurtel no pasará de ser una nube de esas que hace mucho ruido y de repente se dehace sin soltar más de cuatro gotas.

  5. Eliecer

     /  15 marzo 2010

    Organizarse requiere, sacrificio, disciplina, generosidad, altura de miras, pedagogia….. Aguantarse con cosas en las que no se esta del todo de acuerdo, en aras de un objetivo común. Lo veo difícil Rosa.
    Saludos.

  6. Carmen

     /  15 marzo 2010

    Si cuela todo es porque falta una sociedad formada y crítica, capaz de distinguir las opiniones, muchas veces interesadas, que se vierten en una tertulia o un debate, de una información sólida y contrastada. Falta espíritu crítico y me temo que eso no lo ha desmantelado nadie. Es que nunca llegó a fraguar del todo.

  7. Joan

     /  15 marzo 2010

    Si Rosa, hay que creer, hay que ser optimistas, hay que organizarse, yo así lo hago, militancia activa, acción directa (pacifica por supuesto). Pero esto no rula, tiempos malos para el asociacionismo, para la militancia ciudadana y no nos engañemos, durante unos años ayude a organizar escuelas de padres y siempre, siempre, el o la que lo impartía nos decía: “es que justamente los que venís aquí sois los que menos lo necesitáis”. Exactamente lo mismo que a tu blog Rosa y etc., etc., universal ………pero seguiremos: A por ellos que son pocos y cobardes!!!!!!!!!

    Y con esto si que he flipao hoy, no os lo perdais:

    PD: Magnifico post.

  8. Jareta

     /  15 marzo 2010

    No, Rosa, tendría que aprender a insultar y denigrar y, a eso, me niego.

  9. Víctor

     /  15 marzo 2010

    Actualmente existen unas posibilidades inimaginables hace unos pocos años. El que cualquiera pueda acceder a datos que antes era sumamente complicado obtener abre unas posibilidades insospechadas. Hoy, más que nunca, uno puede ser ciudadano con pleno acceso a la información. Pero ¿Cuál es el problema? El que una inmensa mayoría vive obnubilada en un mundo de apariencias y en que el neo valor de la “instantaneidad” (perdón por la palabreja) hace que todo aquello que implique profundidad y reflexión sea rechazado. En constante contradicción, mientras se puede conocer de cualquier tema de manera extensa, la mayoría, desoladoramente, se mueve por eslóganes, tópicos y estereotipos. Como dice Joan (magnífico el enlace), es necesario pasar a la acción, no se puede quedar todo en charlas de café. Quejarse solo no conduce a nada. Es necesario mirar con los ojos bien abiertos, están pasando cosas, hay bastante gente que se está moviendo. En los barrios, en las calles, a nivel global y local, por todos lados.
    Apajeraabierta, que peligroso lo que dices “Las dictaduras militares son válidas en países por debajo de un cierto nivel socioeconómico”. Habría que preguntar a tantos defensores de movimientos de defensa de los derechos humanos en tantos lugares que opinan de está “frivolité“que has dicho. Para mí, con todo el respeto, la democracia, en todos sus términos, es una cuestión de dignidad y no de nivel socioeconómico.

  10. apajerabierta

     /  15 marzo 2010

    Estimado Victor. Veo que no me he expresado bien. No es que considere que las dictaduras militares «son válidas» o «adecuadas» en los países de un determinado nivel socioeconómico. Lo que quiero decir es que en los últimos tiempos sólo se dan, o se dan fundamentalmente en paises de estas características. En lo que llamamamos «primer mundo» ´los que patrocinan esas dictaduras militares optan por el otro tipo de control, que creo que para sus fines es muy efectivo. No sé si ahora me he explicado mejor. Personalmente no considero haber dicho ninguna «frivolité», simplemente he constatado hechos que desgraciadamente ocurren en el mundo actual. Para mí el nivel socioeconómico de un país, ni le aporta ni le quita un ápice de dignidad ni a él ni a sus ciudadanos. Es más, creo que todos tenemos en mente ejemplos de paises «pobres» que están dando ejemplo de democracia y de paises «ricos» (o tremendamente ricos) que no la tienen muy ejemplar.

  11. Pilar Muñoz Cristóbal

     /  16 marzo 2010

    Imprescindible artículo, Rosa.
    Muchas gracias.

  12. Totalmente de acuerdo. Y lo mejor del artículo no está en él sino en la respuesta que da la autora a Jareta: La depresión para ellos; organicémonos.
    Ya.

  13. rockero

     /  16 marzo 2010

    Absolutamente magnífico el artículo. Enhorabuena por una visión tan clara de lo que está sucediendo.

  14. Hola Rosa, estoy contigo , que pasa? en los informativos solo se habla de crisis inmobiliaria a medias. la crisis de los medios de comunicación solo lo sabemos nosotros. estamos fuera de la sociedad? no conectamos no nos hacen caso, cobertura? me niego a que el watergate sea un pasado. un abrazo. tu ensalada que pinta!!!!

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